Noticias.- Dicen que en el mar la vida es más sabrosa, y hablando de mar, en playas de Rosarito está sabroso el chisme con Araceli Brown Figueredo, la ex gobernante que pasó de alcaldesa a diputada federal por Morena, ahora está en miras del “gabacho” por presuntos vínculos con el crimen organizado. Dicen que no sólo gobernaba, si no que durante su mandato, administraba la caja chica de un grupo criminal.

Pusieron a sus cuates en puestos clave, recaudaban la tanda del extorsión, y hasta usaban a la policía como guarura. Todo muy institucional, para evitar las sospechas. Y aquí la pregunta...¿Qué huele más que el mar contaminado en la costa de la Baja? ¿Cómo un gobierno guinda termina tan podrido como lo que pregonan erradicar? ¿De verdad nadie sabía nada? O todos sabían y les valió, porque la impunidad no se improvisa, se organiza.