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¿Tradición o PECADO? Esto dice la iglesia católica sobre disfrazar al Niño Dios

Aunque esta tradición comenzó para honrar algunas profesiones, muchos católicos piensan que se ha salido de las manos.

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|Crédito: Grok IA

Religión.- Durante la Navidad se realizó el arrullo y acostamiento del Niño Dios en el nacimiento, pero muchos ya piensan de qué vestirán a su niñito cuando se realice el levantamiento el 2 de febrero. Aquí te contamos cuál es la postura de la iglesia católica respecto a esta tradición.

¿Es pecado disfrazar al Niño Dios según la iglesia católica?

Durante el levantamiento del Niño Dios del nacimiento, que se celebra el 2 de febrero, mucha gente tiene la costumbre de “vestir” al niño para que no pase frío durante el año.

Pero esta costumbre fue evolucionando y cada año se venden “outfits” más elaborados y creativos para vestir al niño Dios. Futbolista, ángel, vestimentas de santos, charro y hasta la Santa Muerte, son algunos de los atuendos que se ha puesto de moda ponerle a la figura que representa al hijo de Dios recién nacido.

La iglesia católica ha sido muy clara al respecto y piden a los fieles recordar que la figura del Niño Dios no se trata de un “muñeco” o juguete sino de una representación divina por lo que merece un especial respeto.

Además piden evitar difundir la creencia de que el Niño Dios “se enoja” si no lo cambian, pues en realidad Jesús nació en el seno de una familia humilde.

Por último, aunque esto no constituye un pecado, si se pide un profundo respeto a la figura, lo que involucra también no vestirla como santo, pues son los santos quienes quieren asemejarse a Jesús y no al revés.

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¿Qué se considera pecado con respecto a la figura del Niño Dios?

Aunque disfrazarlo no está bien visto, no constituye un pecado, no así el convertir la figura del Niño Dios en un amuleto, es decir, todas aquellas personas que lo comercializan como “Niño del éxito y la prosperidad”, “Niño de la suerte”, “Niño de la abundancia”, por poner un ejemplo.

La iglesia considera que esta conducta cae en la superstición y además pretende manipular a Dios.

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