Noticias.- En 1983, Rick Winters marcó un hito en la historia del deporte al realizar un salto de 52.4 metros desde una plataforma en el parque SeaWorld, conocido desde entonces como High Dive.
La hazaña, que equivalía a lanzarse desde un edificio de 14 pisos hacia una piscina con poca profundidad, se convirtió en un récord mundial. Durante el salto, Winters ejecutó una voltereta hacia atrás y mantuvo el cuerpo recto para minimizar el impacto, demostrando precisión y técnica en una disciplina donde un error podía resultar fatal.
El clavadista salió ileso, lo que aumentó la magnitud de su logro, que hasta hoy sigue siendo recordado como una de las proezas más impresionantes y valientes en la historia del clavado extremo.