Noticias.- Aunque no lo parezca, en México las creencias se han entrelazado por siglos, y un ejemplo claro es la relación que investigadores han identificado entre Tonantzin, la diosa azteca de la tierra y la fertilidad cuyo nombre significa ‘Nuestra Madre’, y la Virgen de Guadalupe.
Ambas vinculadas al Cerro del Tepeyac, donde los pueblos mesoamericanos realizaban rituales para honrar a la Madre Tierra y, siglos después, se ubicó la aparición guadalupana, lo que ha llevado a especialistas a considerar que esta coincidencia facilitó que los indígenas adoptaran la figura de la Virgen como una madre protectora semejante a Tonantzin, permitiendo que mantuvieran parte de su cosmovisión mientras abrazaban la fe católica.