Ahora fue en Coahuila donde los trabajadores del Poder Judicial exigieron ser escuchados por los legisladores. Durante el octavo foro de la Reforma Judicial, los juzgadores también alzaron la voz ante lo que consideran una campaña de desprestigio en su contra.
Los trabajadores del Poder Judicial en Coahuila gritaron "no somos acarreados" esto mientras se abrían paso entre legisladores y jueces para ser escuchados. pic.twitter.com/YvQpL33tls
— TV Azteca Bajío (@aztecaBajio) August 7, 2024
José Alfonso Montalvo: “Esto, en lugar de un diálogo constructivo, es una narrativa unilateral, no refleja las complejidades ni las necesidades del sistema judicial, en realidad, en buena parte, sólo han servido para generar opinión pública sobre la falsa idea de que el Poder Judicial de la Federación es el culpable del ambiente de inseguridad pública que se vive en este país”.
Ellos, los que sí conocen la problemática de los ciudadanos que a diario se enfrentan al sistema de justicia también querían dejar en claro que su trabajo no es sinónimo de corrupción. Al cabo de unos minutos la presión surgió efecto. “Hemos decidido que se les dé la palabra a las personas que seleccionen. No tenemos ningún inconveniente ni objeción en escucharlos. No somos corruptos”.
Los trabajadores del Poder Judicial, como Diana Berenice López, afirmaron que no son corruptos y que su trabajo es fundamental para la justicia en México. “Se ha dedicado a decir que el Poder Judicial de la Federación es corrupto y no lo es”.
Para la magistrada Taissia Cruz Parcero, directora general del Instituto Federal de Defensoría Pública, el único fin de la reforma propuesta es que un poder termine controlando a otro.
“Muchas veces las decisiones de las jueces y los jueces incomodan a los otros poderes y esa incomodidad es la que nos tiene aquí discutiendo una iniciativa de reforma que a partir de una legítima exigencia social de justicia en su parte esencial pretende socavar la independencia judicial”
En este foro, la mayor de las coincidencias fue que cambiar a los jueces una o diez veces, no le garantiza a nadie el derecho a la justicia.