En 2014, Tim McGrat fue diagnosticado con sarcoma sinovial, un tipo de cáncer que afecta los tejidos blandos, y para salvarle la vida, los médicos tuvieron que extirpar el tumor, retirando la mitad de su cara, incluyendo un ojo, una oreja y parte de la nariz y la mandíbula. Durante meses, Tim vivió con la piel expuesta, ya que su cuerpo rechazaba la cicatrización.

Sin embargo, una cirugía de reconstrucción le devolvió la esperanza, los médicos usaron piel y músculos de su pierna y brazo para reconstruir su rostro. Milagrosamente, su cuerpo aceptó los nuevos tejidos, y poco a poco comenzó a sanar. Hoy, su historia se ha vuelto símbolo de fortaleza e inspiración para quienes enfrentan grandes pérdidas y batallas contra el cáncer.