En Florida, Estados Unidos, un hombre de 47 años desató una tragedia familiar tras una discusión por un partido de futbol americano. Jason Kenney asesinó a balazos a su esposa Crystal e hirió gravemente a su hijastra Judd, de 13 años, porque no lo dejaron ver el juego en la televisión. El ataque ocurrió mientras la familia veía el partido entre los San Francisco 49ers y los Indianapolis Colts.
La menor de 12 años logró correr a casa de un vecino y pedir ayuda, escuchando los disparos desde afuera. La hijastra herida fue trasladada a un hospital y se encuentra estable; la bebé de un año que estaba dormida no resultó lesionada.
Tras cometer el crimen, Jason huyó y confesó lo ocurrido a su hermana. Posteriormente fue interceptado por la policía en casa de sus padres, donde se disparó fatalmente antes de ser detenido.