Las temperaturas que alcanzan los vagones metálicos del tren bajo el calor, lo convierte en un horno, que va a más de 100 km por hora, una trampa que provoca quemaduras en las personas que viajan buscando una mejor vida, las quemaduras de segundo grado es la lesión más común que atienden los doctores en amigos del tren.
Te puede interesar: Fiesta de la Virgen de la Luz en Salvatierra, Guanajuato ¿Cuándo es y cómo se conmemora?
“Las lesiones más comunes, sin importar la edad, siempre han sido las quemaduras solares, estas quemaduras llegan a ser de un tiempo de exposición desde la mañana hasta que se oculta el sol, estas quemaduras llegan a ser hasta de segundo grado.” Dijo Luis Javier Flores Rodríguez, médico en amigos del tren.
No hay una buena temporada para viajar en el tren de esta forma
En realidad, no hay una buena temporada para viajar en el tren de esta forma, hay que resistir horas sobre un vagón que no está pensado para ese uso, por lo tanto, no tiene baños o calefacción, lo que hace que las temperaturas sean extremas y quienes van así solamente tienen cartones que utilizan como asientos.
“Es como cuando el carro está muy caliente y nosotros nos metemos, sentimos cómo la piel se nos empieza a quemar, digamos, adentro es, pues sí, un horno y afuera es al rojo vivo, la flama directa que es el sol.” Agregó Luis Javier Flores Rodríguez, médico en amigos del tren.
Los migrantes llegan al punto de desmayo por deshidratación
Cuando las personas llegan a amigos del tren, casi siempre están al punto del desmayo por deshidratación y el agua es lo primero que buscan, de hecho, según sus registros, en marzo se repartieron 7 mil 800 litros de agua, casi el doble que en febrero, siendo la cantidad de personas que atendieron solamente mil más.
“Bueno, si puedes ver, tenemos los labios partidos, bota sangre por las narices, tu cuerpo comienza a sudar y sientes que te mareas, es algo desagradable, es algo que no se le desea a muchas personas, con los pocos recursos que contamos nosotros, una opción es el tren y es la única manera de llegar a nuestro destino.” José Gil, persona en tránsito.
Los peligros a los que se someten los migrantes
José dejó a su hijo en Venezuela, es el motivo por el que sigue a pesar de los peligros, porque en su camino ya atravesó la selva y ha visto a otras personas perder a sus familiares, extremidades o la vida, igual que Juan José.
“Montarse en un vagón del tren es desesperante, es una experiencia que no le deseo a ningún inmigrante, es peligroso, pero nos vemos obligados a montarnos en el tren por migración porque nos agarra, nos devuelve.” Dijo Juan José Enríquez, persona en tránsito.
Subir al tren, es una trampa
Subir al tren es una trampa en muchos sentidos, dicen, porque una vez arriba, saltar no es una buena opción por la velocidad, pero el calor traspasa la piel y el frío duele en los vagones metálicos, entonces, cuentan, se enloquece por segundos, se llega a pensar si es mejor saltar a quedarse a sufrir, pero es cuando más nítido se vuelve el recuerdo de la familia por la que se comenzó la travesía.
